CUADERNO DE NOTAS: La carne

 No pensaba decir nada, porque en términos políticos siento que gano escuchando ya que lo mío es más sentimiento que argumento, o quizá no, visto lo visto, y no tenga por qué avergonzarme de si mis opiniones subjetivas son o no relevantes.

Suelo ver primero por dentro a la gente, pertenezca o no a lo que a mí me adscribe, creo que es un buen método que garantiza mi independencia de pensamiento, y para mi desgracia y también mi suerte esos rayos x a menudo me hacen sufrir cuando contemplo manipulaciones injustas vengan de donde vengan. "No sufras por lo que otro deba" me recomendaba mi madre a menudo cuando yo era niña, pero se ve que mi ADN incluye la tendencia.

Que yo sepa, todos estamos a favor de que se trate bien a los animales, deseamos que pasten de la forma más libre que se les pueda ofrecer, que no se les hormone si no es necesario -lo digo yo que tengo hipotiroidismo- y que durante su vida no padezcan tortura y tampoco en su muerte. 

En resumen: que se recupere la misma forma de criar y cuidar sana y libre que han tenido los ganaderos de siempre, especialmente en nuestra tierra de provincias grandes y zonas hermosas de campo, rurales... Creo que este trato es una mejora y una aspiración lógica y legítima que se sostiene, vamos a decir que es buen karma para que se entienda mejor. 

No soy vegetariana, respeto que cada cual se nutra como le parezca, como al Presidente también me gustan los chuletones, pero me quedo más tranquila si sé que para llegar a mi plato no han sido inflamados, ni hacinados en vida y me parece que mi opinión está a favor de los buenos ganaderos y sus ganaderías, y por supuesto de nuestra salud, y pensaba que en esa línea nos encontrábamos todos, aunque soy urbanita y a lo peor me faltan explicaciones. Pero lo que me duele es el verdadero motivo encubierto que intuyo, y lo feo que queda usar como arma arrojadiza a un sector: 

Vuelvo a recordar de nuevo que me gustan los gobiernos de coalición, y la unidad de la izquierda con la que he soñado desde joven, es mi derecho y siempre he respetado los de los demás, y he considerado "mi gente" a personas con ideas distintas a las mías y mi cariño -me relaciono en términos afectivos, no sé hacerlo de otro modo- encuentra el puente para llegar al otro y ser bien acogida al igual que acojo. 

Considero -como he dicho otras veces- que no somos enemigos, en todo caso adversarios que buscan soluciones distintas para un mismo problema, nada más. Pero reitero que me gusta la unidad real de la izquierda no el "Apóyame ahora que te necesito, pero después te apedreo porque mi animadversión es visceral e irracional y me da por saco de antemano escuchar tus propuestas y ojalá pudiera estar sin ti." Es decepcionante, al menos para un electorado que sí piensa, y quiere ser representado en todas sus variantes y se lleva el chasco del siglo con los golpes bajos.

No se trata de ser fagocitado por el grande, tampoco de convertirse en satélite del astro. Bien es cierto que ambas partes se benefician y que la una sin la otra no habrían podido gobernar, pero la humildad es una conquista y comienza por saber que nos necesitamos y que no hay que menospreciar, sino defender -si son defendibles- a los miembros de tu equipo. 

Se ve que para que un grupo funcione -incluso en política- hay que buscar el desagüe en el que volcar las inquinas dado que no hay cosa que una más que el enemigo común al que se le aplican abstracciones porque sí, para que pague el pato, para que canalice la mala leche y el afán de hegemonía o preponderancia, y es que los contrafuertes, como he comentado otras veces, sujetan al edificio, y si los horadas y derribas cae el monumento entero por muy bonito y grande que sea, por mucho pecho de fachada que saque, y nos lleva por delante bajo cascotes y escombros. 

Sé que estos arranques míos me perjudican en un mundo que siempre va en comandita, y que el árbol solitario es sospechoso, pero sólo siendo así puedo dormir por la noche viendo muy bien el bosque. 

La única certeza que tengo clara en esta vida es el amor, y no hablo sólo del amor de pareja, porque una si sabe a quien quiere y a quien no, y por qué le quiere o por por qué no, todo lo demás es variable, cajones de sastre con envoltorios que a menudo confunden el bienestar, la diversión o la alegría con la felicidad, y no hay rosas sin espinas, y ese es nuestro verdadero motor social, sin trampas, ni oropeles, ni cartones, detesto el subterfugio.

Me gusta admirar a quienes dirigen, incluso si no son de mi cuerda,  aunque cada día es más difícil. Sin embargo en una ciudad pequeña resulta más sencillo, todo está más claro, pones rostros con los que te cruzas por la calle y les miras a los ojos y enseguida sabes. 

Lo que no soporto es la injusticia, la tergiversación, el voy a esperar a que hable alguien para llevarle la contraria porque no le aguanto, porque ahora molesta a mis intereses, en lugar de contraponer criterio propio.  

Lo único que quiero recalcar es que sería preferible escuchar algo como: "Ahora no se puede hacer tal o cual proyecto con los ganaderos porque hay dificultades" -de la índole que sean-, "pero la idea sigue en pie para el futuro y no es mala". 

Se trata de ir con la verdad limpia y diáfana por delante sin más, y no de estas dreas que tanto defraudan, contra el ministro Alberto Garzón en este caso, o contra todo el que se cruce en el camino. Qué aburrimiento con los pruritos de los Reinos de Taifas, y con comer tantos ajos que pican. 

A ver si algún día se puede votar a cada persona y unimos así a todos los magníficos versos sueltos. 

Tengo todo el derecho del mundo a echar reprimendas igual que se las puedo empaquetar a un amigo o a un familiar, lo mismo que a mí me las sueltan y no le hago la cruz a nadie, no ofenden si hay madurez, en todo caso escuecen, te rascas, te dura más o menos tiempo el dolor, piensas en ello y después sigues o no en tus trece.

No hay más que mirar mi facebook y mi vida cotidiana para comprender la diversidad de los contactos. Faltaría más.

Un abrazo.

Pili Zori

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