Aquí estoy pagando las consecuencias de mi avaricia, las cinco de la mañana me han dado enganchada a la mini serie de seis capítulos titulada "Citas Barcelona". Ya me embelesó en su día, desde la primera tanda que emitieron en 2015, creo recordar, cuyos capítulos todavía me acompañan, y ésta otra temporada no va a la zaga.
La serie cuenta con un plantel de actores y actrices que se comen el objetivo de la cámara en primeros planos inolvidables, el lucimiento es superlativo, la composición física para asomar lo anímico, cuando los has visto trabajar en registros diametralmente opuestos, es deslumbrante, se tiran sin red. Por supuesto su creador y los directores y directoras de cada capítulo merecen los mismos elogios ya que consiguen la unidad siendo muy diversos en los enfoques.
Citas Barcelona es un trabajo de introspección milimétrico en el que cuenta mucho hasta un leve pestañeo, un pliegue en la comisura de la boca, en el enarbolado de las manos o en la caída de los brazos, papeles que son auténticos bombones, supongo que habría tortas y codazos -lo digo en sentido figurado- por entrar en el casting.
Siempre se catalogan estas series con la pegatina de "románticas" para darle a menudo a la definición un velado sentido peyorativo, y a saber qué entendemos cada uno o cada una por el contenido de la etiqueta, al fin y al cabo todos los capítulos nos hablan del amor, sí, es el motor que mueve el mundo, y del desamor, el que lo para, pero en ese cofre en el que Pandora levanta la tapa, los males que salen al aire son los matices del miedo, de las inseguridades, del coraje para quedarse o marchar... En definitiva tratan de la lucha por la parte de vida que de verdad importa, y esas composiciones no son fáciles de realizar ni de llevar a la pantalla: hay que saber destilar el matraz, que de forma previa, has llenado con los ingredientes precisos y bien medidos, y como reitero en muchas ocasiones, existe una prueba del 9 infalible para saber si una comedia es buena o tan sólo un conjunto de chistes, lugares comunes o gags: si le quitas el celofán y la ternura y se convierte en un drama es que la obra está bien realizada, después los matices de melo, comedia negra y demás..., la colocarán en el anaquel que le corresponda, pero primero hay que construir el andamiaje principal para que sostenga.
Algún crítico ha subrayado que unos episodios tienen más fuerza que otros y por tanto ha concluido que la serie resulta irregular. Respeto las impresiones y experiencias de cada cual, pero en esta ocasión discrepo y me atrevo a decir que a veces es inevitable sentir una mayor empatía -de forma inconsciente- hacia unos actores y actrices y menor para otros, a todos nos ocurre, proyectamos filias y fobias sin pararnos a pensar en una evaluación justa tanto si nos caen bien como mal, hay que saber separar y no hacen falta parámetros, a simple vista se distingue lo bueno de lo óptimo, nos guste más o nos agrade menos la persona que actúa.
La ambientación es tan preciosa y el retrato favorece tanto a Barcelona con sus nocturnos diamantinos, sus collares de farola, el rubí, ámbar y esmeralda de la simetría de los semáforos, las pompas de jabón, los bares, las bicis, Gaudí, el invierno suave... que no creo que otros artistas que no fueran Pau Freixas supieran captar la personalidad de esa ciudad, de brisa suave y abierta al Mediterráneo, siempre moderna en su clasicismo contemporáneo.
Es una serie muy bonita. Si os gusta bucear en el intimismo, los titubeos, las torpezas, y el difícil arte de convivir. No os la perdáis.
Debajo os dejo el enlace al trailer y en él podréis ver el elenco y la ficha técnica.
Os deseo buena tarde a todos. Un abrazo.
Pili Zori
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