"BOHEMIAN RHAPSODY", película de Bryan Singer


Siempre es un riesgo intentar llevar a cabo la biografía de una estrella, que además es una leyenda cuya vida le arrebató una enfermedad fulminante y estigmatizada en aquellos años.
En este caso la película no sólo rinde homenaje a Freddie Mercury, la dedicatoria va dirigida a la banda al completo -¡estamos hablando nada menos que de Queen!- pero suele ocurrir que al recibir un retrato, el retratado desee verse idealizado y no quede satisfecho, en cambio otras veces sucede lo contrario, que a la persona plasmada en el lienzo o en el papel le satisfaga el resultado y se vea en él como si estuviera mirándose en  un espejo y sin embargo a sus seres queridos no les guste, pues bien, en este caso multiplicad por millones a dichos seres queridos; los admiradores nunca vamos a estar contentos del todo con la semblanza, nos va a parecer que el actor es de menor estatura y corpulencia, que la prótesis dental caricaturiza un gesto tan personal atractivo y sugerente como el de los labios en pico de Freddie, que a las pelucas les vendría bien movimiento natural, que faltan datos, o que sobran, que algunos son innecesarios y que los guionistas podrían haber añadido otros como el incomparable broche de su despedida con Montserrat Caballé… pero sucede que esas sensaciones de contrariedad se deben a que lo que en el fondo deseamos es imposible, y es que Mercury esté eternamente vivo y que su corazón y su mente nos los abra él y no un intérprete, y al mismo tiempo en algún rincón recóndito y en sombra de nuestro interior preferimos que Freddie permanezca con ese halo de gloria porque pensamos que tal vez si siguiera vivo se habría desmitificado; es evidente que se necesitan algunos ídolos y tal vez dicha necesidad sea imposible de complacer porque aunque parezcan dioses son mortales y por tanto vulnerables y el precio que pagan excesivo.
Una vez expulsado el desahogo de mis peros e inconvenientes comenzaré a valorar los logros que son muchos y lo cierto es que la película es un In memoriam para Freddie delicado y precioso y un reconocimiento para sus compañeros vivos igual de elegante; en el largometraje queda todo dicho con el buen pulso y la medida adecuados para mostrar las luces y sugerir algunas sombras sin el regodeo de acercarlas a las miserias; lamento que las adicciones y los excesos vayan tan unidos a los músicos, esa mala compañía tan vampírica y devastadora es una tristeza que me gustaría poder analizar, comprender para erradicarla sin juzgar, porque la obra queda pero ellos se destrozan.
Es admirable el elenco de actores: Rami Malek, Joseph Mazzello, Lucy Boynton, Aidan Guillen, Tom Hollander, Gwilym Lee, Ben Hardy… porque consiguen ser ellos, exactos a los miembros de la banda, incluso la actriz que encarna a la primera novia y gran amiga de Freddie -durante toda la vida- tiene un enorme parecido con la real, la caracterización es extraordinaria y cuando no hay primeros planos les ves como si hubieses viajado en el tiempo e impacta, y conseguir a actores capaces de mimetizarse tanto física como anímicamente que usen y calquen el lenguaje de los gestos, que se acoplen a la música que están tocando y que no sólo parezca que saben hacerlo sino que sea creíble que suenen como ellos, que sean Queen pues es para descubrirse.

Así que aquí dejo mi felicitación para el director Bryan Singer, para los guionistas Anthony McCarten y Peter Morgan, para Brian May y Roger Taylor por ocuparse de la música, su música, y para todo el engranaje que ha sido capaz de construir el filme porque ha funcionado como un mecanismo de relojería suiza.
La película no pretende ser un documental sino un abrazo que revive la llama de recuerdos que nunca morirán.
***
P.D. Cuando se publicó Bohemian Rhapsody de inmediato me remitió a la Opera Tommy de los Who, detalle que no le resta originalidad, la década de los setenta a menudo pasa inadvertida pero fue gloriosa y valiente y aportó al Rock -con la suma de todos los grandes grupos de la época- nuevas y valiosísimas sinfonías contemporáneas; y aunque no soy entendida comprendo que al igual que lo que llamamos literatura comparada, (que nada tiene que ver con la comparación sino con la literatura que se escribe al mismo tiempo en las distintas ciudades, regiones, comunidades o localidades de un país o en las del mundo), lo mismo ocurre con la música: hay un fondo compartido, una misma línea de pensamiento, acontecimientos comunes que como es lógico nutren las creaciones, por dicha razón “Innuendo”, mi álbum favorito de Queen, siempre me conducirá hacia atrás hasta “El muro” de Pink Floyd y es que al igual que los libros hablan entre sí, también la música lo hace sin que por ello cada pieza deje de ser única y genuina cuando las firma el arte. No hay nada más bello que el mestizaje porque siempre da a luz algo nuevo.
Freddy Mercury fue un artista completo, que vivíó a mitad de camino entre la tierra y el cielo por eso el escenario era su sitio y su suelo, fuera de él no sabía volar.
Un abrazo y hasta el próximo encuentro.
Pili Zori

No hay comentarios:

Publicar un comentario