Laura Galey |
Escogemos
las líneas que seguimos con los ojos: la de nuestro horizonte particular para
obtener calma y sosiego, o por el contrario ese trazo vertical que nos repasa y
eleva el espíritu, columna firme de apoyo. Después nos detenemos, encuadramos
mentalmente y con ambas rayas, horizontal y vertical, dividimos nuestro lienzo
de aire, luz y figuras en el paisaje, en tres trozos de lado a lado y otros tres
de arriba abajo. Así es como formamos los puntos de intersección, apenas seis
parpadeos bastan, uno para cada tercio. En esos cruces visuales creamos
espacios con nudo fuerte, y dentro de ellos encontramos objetos, personas,
ideas, y sentimientos que cobran la máxima importancia. De modo que aunque
vayamos acompañados a un mismo viaje los planos de detalle, los de conjunto,
los generales, los primeros, los medios, los americanos… serán distintos para
cada uno de los viajeros, y sólo la certeza del objetivo de una cámara
fotográfica dejará constancia de la hermosa diferencia que convierte en únicas
nuestras miradas y por tanto los recuerdos. Pero no olvidemos nunca que antes
de disparar ya habremos hecho la foto.
Tras
repasar los renglones anteriores podría parecer que -sutilmente y con trampa-
he buscado el modo de mostrar los
rudimentos básicos de la fotografía de forma análoga a la mirada. Pero resulta
que no basta con elegir, enfocar y disparar porque hay una opción más de la que
no he hablado, y es de esa otra vuelta de tuerca, la que permite salir y
escapar de encuadres, técnicas y tercios a la creatividad, aunque se sustente
bien en ellos. Con esa pasada de rosca el arte puede emprender el vuelo, y ahí
es donde me propongo entrar honradamente y con mi propia herramienta: la
escritura. No quiero ser una advenediza en territorio artístico ajeno. Y aunque
sea con torpeza de simple espectadora y sin conocer los vericuetos y
dificultades del camino, mi intención es penetrar en el mismísimo núcleo de quienes
se alían con la luz.
Los
artistas de la luz saben que es ella quien nos dibuja, nos crea, nos muestra y
no al revés como pretenciosamente creemos al afirmar que la estamos recortando
con las siluetas de nuestros perfiles, contornos, figuras... Sin luz nos
hacemos invisibles.
Laura Galey lo sabe y la luz al sentirse comprendida se entrega
a la artista en claro oscuro, a menudo fuerte e intensa en sus contrastes, en
otras ocasiones suave y difusa, sin ella no existen los colores, las texturas,
la calidez o el frío. Aunque a veces la luz también le abre su corazón de
sombras.
Laura
se coloca entonces para recibirla en forma de cenital lluvia o para resistir el
golpe o la caricia cuando el haz acude lateral, también para que suba por los
tobillos e incluso juegue donde no debe como una niña sin pudor, y la delicada
fotógrafa respeta su fulgor natural sin retocarla, sin añadirle o quitarle
luminosidad, y ella a cambio y en simbiosis le regala sus secretos más íntimos
y todos los símbolos y bellas metáforas que posee para que con ellos componga
la mejor historia.
La
primera vez que pude contemplar parte de la obra de Laura Galey me impactó
tanto su mirada, su capacidad para ver de una sola vez hasta los pliegues más
recónditos del alma humana que tuve una sensación hipnótica. De inmediato me
remitió a la fotografía de Néstor
Almendros, el director que rogaba a las actrices que no tomasen el sol para
que la luz tuviera huecos en los que poder agarrarse para subir, para trepar,
para bajar, para envolver… Me evocó la de José
Luis Alcaine, la de Seamus McGarvey…
grandes cineastas retratistas del interior, y decidí que la fotografía de esta
joven autora mostraba con exactitud la diferencia entre la verdadera belleza y
la estética.
Galey
tiene el privilegio de sabernos contemplar como si nuestra piel fuera de
cristal transparente y de penetrar en lo anímico con dulzura, sin invadir…
Además los textos literarios con los que acompaña las fotografías, propios y
ajenos, me conmovieron por completo ya que no me agrada la separación de las
artes por compartimentos estancos, la vida es una maravillosa
intercontaminación y todas las disciplinas se nutren entre sí, y el arte busca
caminos y le importa poco el instrumento que utilicemos para que pueda
expresarse.
Otra
premisa falsa es la de creer que el talento nace dentro de nosotros para darnos
ese toque de sobresaliente distinción. Megalomanía no nos falta. No, el talento
tiene un carácter felino, y ya se sabe que los gatos eligen a quien amar y no a
la inversa aunque creamos que sí. Así que a esta joven artista debió de
adoptarla una camada dado el desbordamiento de su lírica.
Su
trabajo parte del origen, de la matriz, del génesis. Galey es transgresora sin
pretenderlo porque la libertad es su esencia, pero sus maternidades son
distintas, insumisas, felices… El voluminoso vientre desnudado por el viento
que convierte en alas las sedosas ropas que lo cubrían mira con desafío y sin
saberlo a generaciones que lo escondieron, y ese canto tiene voz femenina y por
sí mismo se reivindica en la piel de mujer turgente y liberada.
Sólo
he tenido contacto visual con ella una vez y en el azul de sus ojos a pesar de
mi presbicia pude observar cómo se ponían en marcha cual multitud de facetas
las estrellas con las que mira y podría decir sin riesgo a equívoco que tuve la
suerte de ver como componía. Es una bella mujer que está dando una lección al
romper arquetipos.
Para
despedirme utilizaré sus propias palabras, las que acompañan a su impactante
fotografía “Luces y sombras sobre tu cuerpo”:
“Una obsesión, una forma de vida, luces
y sombras en todas partes porque la vida es una transición de momentos llenos
de luz y energía y momentos oscuros en los que no ves más allá.
Al contemplar las tinieblas
experimentamos el sentimiento de que el aire en esos lugares encierra una
espesura de silencio, que en esa oscuridad reina una serenidad eternamente
inalterable, mágica.
“Ver y apreciar la belleza natural y
expresarla en forma de fotografía es uno de los objetivos principales de mi
proyecto personal”.
Creo
que el verdadero artista ha de ser valiente. Laura Galey se atreve a contemplar
el corazón de las tinieblas sin salir huyendo, y la blanquísima luz del esplendor
tampoco le produce ceguera.
Un
abrazo y hasta el próximo encuentro.
Pili
Zori.
P.D. Podéis visitar a Laura aquí:
http://www.naturalandnaked.com/
http://lauryngoodshot.blogspot.com.es/
P.D. Podéis visitar a Laura aquí:
http://www.naturalandnaked.com/
http://lauryngoodshot.blogspot.com.es/
ooOoo
Entrevista a Laura Galey:
Buenos días Laura, es un placer
tomar contigo un café virtual, y que las preguntas y respuestas viajen desde tu
e-mail al mío en esta anticuada pero hermosa aventura epistolar. Las cartas son
bellas e interactivas, permiten la reflexión, ir hacia atrás, hacia delante,
parar... y entonces la palabra escrita adquiere una dimensión más precisa y
honda en este tiempo de prisas e inmediatez impuestas.
P.- Comenzaremos por la pregunta de rigor ¿Cómo y cuándo se inicia el
idilio entre la cámara y tú?
R.- Buenos días Pilar, en primer lugar me gustaría darte las
gracias por esta entrevista es un placer poder abrir mi corazón a ti y a tus
lectores.
Mi aventura con la cámara
comienza hace 10 años cuando mi pareja me regaló una cámara réflex, nunca antes
había tenido una cámara de fotos, y la que tenían mis padres sólo se sacaba en
vacaciones y fiestas y sólo la usaba mi padre. Era ese objeto que siempre
quieres pero nunca te dejan y hace que sea más deseado. Así que en el momento
en el que pude tener una cámara en mis manos, comencé a experimentar, a probar,
y poco a poco me fui enamorando de la fotografía.
P.- ¿Cuándo y por qué eliges la fotografía como el mejor transporte
para expresar tu creatividad?
R.- De pequeña era una niña a la que las actividades artísticas se
le daban bastante mal, a pesar de ello, tenía un gran mundo interior. Creo que
cuando pude tener una cámara entre mis manos sentí que por fin podía expresar
todo lo que tenía dentro, poco a poco cuando fui conociendo mi cámara pude
dejarme llevar y comenzar a expresar toda esa creatividad que había tenido
guardada durante años, mostrar los universos oníricos que tenía dentro.
P.- ¿Consigues plasmar siempre lo que de forma previa ves en tu mente?,
y si no es así ¿cómo resuelves la frustración cuando no lo logras?
R.-.No, no siempre lo consigo, y quizás no soy todo lo constante
que debería. Cuando tengo una idea en la cabeza y cuando voy a realizar la foto
y no sale como yo quería, prefiero improvisar y hacer otra cosa. Quizás no soy
lo constante que debería, pero si algo no me convence prefiero buscar otro
punto de vista.
P.- ¿Es cierto el tópico de que la cámara se enamora de ciertas
personas y no de otras?
R.- Creo que no es la cámara quien se enamora de ciertas personas,
sino el fotógrafo que conecta más con unas personas que con otras. Creo que
cuando el fotografiado te abre su alma y existe conexión se nota en la
fotografía.
P.- El retrato es arriesgado ya que el retratado suele tener una idea
subjetiva de sí mismo -generalmente en su interior no envejece, por ejemplo-
¿te disgusta en ese caso que la persona en la que has buceado no sepa
contemplarse como la miras tú?
R.- Cuando comencé Natural
and Naked, lo hice porque después de trabajar con mujeres bellísimas casi
todas veían defectos de sí mismas para mí imperceptibles. Con este proyecto
quería que pudieran verse como las veía a través de mis ojos. No me disgusta si
no lo aprecian como yo, al fin y al cabo, el arte es subjetivo. Aunque te
quedas con la sensación de que podrías haberlo hecho mejor.
P.- ¿Buscas o vas al encuentro?
R.- Soy una buscadora nata, busco y a veces peco de entrometerme
demasiado sin conocer del todo a las personas.
P.- Veo que habitualmente trabajas con modelos a las que visten y
maquillan -desconozco si lo hacen siguiendo tus pautas- y sin embargo en tu parcela fotográfica más
íntima, más personal, por el contrario desnudas y desmaquillas. ¿Hay un punto
de inflexión en tu obra relacionado también con tu vida?
R.- Durante años, me he dedicado al mundo de la moda, a veces bajo
mi dirección artística y otra sólo como fotógrafa. He tenido suerte de trabajar
siempre con equipos de trabajo que me han dejado dar rienda suelta a mi
creatividad. Creo que un poco antes de decidir ser mamá pasé por una crisis
creativa y decidí desprenderme de todo lo superfluo y le pedí a algunas amigas,
que posaran para mí, que se desnudaran y me abrieran su corazón. Fue una
terapia, aprendimos a vernos más bellas (me incluyo, porque comencé a
autorretratarme), y más seguras de nosotras mismas. Así comenzó Natural and Naked, un proyecto, en el
que me he sentido súper segura desde el principio, un regalo a las mujeres, una
oda a la belleza y a la naturalidad del cuerpo humano.
P.- ¿Qué fotógrafos te inspiran?
R.- Siempre me he sentido súper atraída por los artistas surrealistas
y sus universos oníricos. Man Ray y Dalí han sido mis grandes influencias desde
pequeña. Cómo retratista destacaría a Imogen Cunnighan, me encanta la forma en
que relacionaba las personas con la botánica e incluía a sus seres más queridos
entre sus retratados.
P.- ¿Qué sueños te gustaría alcanzar en este campo?
R.- No tengo grandes sueños, simplemente que la fotografía me siga
acompañando en mi vida y ver lo que nos depara el camino juntas.
Y para finalizar
P.- ¿Qué te da la fotografía a ti y qué le entregas tú a ella?
R.- Cuando tengo la cámara entre las manos siento que el tiempo se
detiene, para mí es mi pequeño momento de paz y yo le entrego mi alma al
completo, es por eso que nos hemos hecho inseparable desde que nos conocemos.
Es todo un honor para mí aparecer por tu universo literario.
ResponderEliminarMe encanta pasearme por aquí y engarcharme a tus relatos, recomendaciones y opiniones, me transportan a otros mundos y hacen que las películas y series sean más mágicas a través de tus palabras.
Espero que a tus lectores también les apetezca perderse por mis imágenes.
Gracias de corazón
El honor es mío, querida Laura. Deseo que tanto tú como tu obra obtengáis siempre el reconocimiento que os merecéis, sentir tu compañía por este rinconcinto acaricia mi corazón. Un abrazo Pili
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