Hace ya un año que Fernando Borlán no está físicamente entre nosotros, es una obviedad decir que su obra y su recuerdo sí, que permanecerán para siempre, entre otras cosas porque su huella se te queda cincelada, o mejor dicho tatuada, -él era muy de piel- en el corazón y en el pensamiento.
Aunque nunca la vimos, este año también volaremos desde el club hasta su preciosa bodega de Galleguillos, -ese cálido refugio, que de inmediato ofrecía en cuanto notaba que le brotaba el cariño-, y brindaremos de nuevo con vino dulce y bollos caseros, para que entre el paréntesis de sus muros resuenen con voz femenina los versos de su último libro, el que por derecho más nos pertenece.
Al final, tras la ovación larga y cerrada la suya se escuchará en lo alto para pronunciar con gratitud de declamación inimitable, esa expresión posesiva e individual que a cada una de nosotras nos convertía en únicas y especiales:
Aunque nunca la vimos, este año también volaremos desde el club hasta su preciosa bodega de Galleguillos, -ese cálido refugio, que de inmediato ofrecía en cuanto notaba que le brotaba el cariño-, y brindaremos de nuevo con vino dulce y bollos caseros, para que entre el paréntesis de sus muros resuenen con voz femenina los versos de su último libro, el que por derecho más nos pertenece.
Al final, tras la ovación larga y cerrada la suya se escuchará en lo alto para pronunciar con gratitud de declamación inimitable, esa expresión posesiva e individual que a cada una de nosotras nos convertía en únicas y especiales:
¡Oh! Amiga mía
Siempre he imaginado esa bodega como el retrato anímico fiel de su interior, hermoso lugar que su esposa, a la que tampoco tuvimos la suerte de conocer, decoró y cuidó con mimo de anfitriona experta y mejor intérprete sabiendo que el alma de Fernando era una enorme pensión de amigos singulares que en singular llegaban y que sólo en ese acogedor recipiente se convertían en plurales.
Con nosotras fue feliz, y lo digo a boca llena, tan llena como cuando él sustituyó el café por chocolate caliente y nos poníamos ciegos de bizcochos en el Manhatan todos los miércoles por la tarde tras celebrar las sesiones de nuestro club en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Guadalajara
Con nosotras fue feliz, y lo digo a boca llena, tan llena como cuando él sustituyó el café por chocolate caliente y nos poníamos ciegos de bizcochos en el Manhatan todos los miércoles por la tarde tras celebrar las sesiones de nuestro club en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Guadalajara
¡Oh! Amigo mío,
amigo nuestro,
sonrisa de bizcocho con bigote de chocolate.
¡Cuánto te echamos de menos!
El día 20 de enero a las 19h 30’ la Fundación Club Siglo Futuro inaugurará en su sede un espacio, en la biblioteca de poesía española dedicado a Fernando Borlán, ese rincón estará presidido por el retrato al óleo que podéis ver aquí del pintor Sergio del Amo; en ese merecido escaparate descansarán sus libros y efectos personales que su hija Lídia ha donado: su sombrero, sus gafas, su pipa, su taza de café, las servilletas de papel en las que escribía poemas a vuela pluma… Obras de juventud, publicadas unas, otras inéditas… Resultará un lugar magnético, entrañable y significativo que transmitirá esa corriente de afectividad, (así denominaba él a nuestro club de literatura: Un lugar en el que cada miércoles se establece una extraordinaria corriente de afectividad). Ese remanso tendrá el imán que siempre provocó su delgada figura bohemia rodeada de alumnos estigmatizados por su causa y de por vida con su misma esclavitud: la búsqueda de la belleza.
Él, que habitaba en la patria de la palabra y de los libros más que en la tierra, fue el único ser mágico que he conocido capaz de borrar esa frontera. Cuando se fue tuve el espejismo o la certeza de que sus pies recorrían un sendero de grafías empinadas que se perdía en el mar.
A las ocho y al ladito, en la sala Tragaluz, en el Teatro Buero Vallejo (D. Antonio, el Señor Buero, amigo personal de Fernando) se le brindará un homenaje.
El sábado pasado asistí al ensayo, Carlos Alba, su gran amigo y biógrafo, había preparado un guión magnífico con poemas, música e imágenes en simbiosis, sólo cuando ves la trastienda de un oficio valoras el trabajo enorme de ritmo y simetría que lleva debajo.
Siempre que me hacen el honor de dejarme participar en algo suyo tengo la sensación de estar frente a su calendario vital, sus amigos marcan épocas, como las de Picasso, todos los que vi el pasado sábado me parecieron azules: actores, actrices, bardos, rapsodas…
La timidez a mi edad es imperdonable y siempre hace que los ojos se me cieguen y que el corazón se me ponga borde y contable y que no encuentre la silla que con cariño se me reserva hasta que pasado un ratito la vista se me ‘desnubla’ y encuentro mi sitio: el dignísimo lugar de la prosa en el que él me colocó casi a empujones.
Soy escritora
Cuando ya empezaba a estar más pachucho, una mañana le llevé para que se entretuviera relatos míos antiguos y una novela corta que acababa de terminar, “Sin dioses que nos miren” la titulé, corresponde a un verso de un poema de León Felipe.
En los relatos escribió poesías por detrás, <<para estar más unidos >> me dijo, tengo que pedírselos a su hija, y “Sin dioses que nos miren” le gustó mucho. Cuando volví a verle, tras muchas lecturas telefónicas de ambos, me entregó este poema suyo manuscrito con letra de pulso dolorido, -que nadie se atreva a pensar que me aprovecho y presumo porque le tiro el guante-. Os lo voy a regalar porque es mío, y con él era inevitable no hacer alarde de propiedad, porque tenía ese don, ese halo de popularidad que te despertaba la envidia y te hacía codiciarlo en exclusiva aunque te aguantases.
En los relatos escribió poesías por detrás, <<para estar más unidos >> me dijo, tengo que pedírselos a su hija, y “Sin dioses que nos miren” le gustó mucho. Cuando volví a verle, tras muchas lecturas telefónicas de ambos, me entregó este poema suyo manuscrito con letra de pulso dolorido, -que nadie se atreva a pensar que me aprovecho y presumo porque le tiro el guante-. Os lo voy a regalar porque es mío, y con él era inevitable no hacer alarde de propiedad, porque tenía ese don, ese halo de popularidad que te despertaba la envidia y te hacía codiciarlo en exclusiva aunque te aguantases.
"Sin dioses que nos miren, Pilar Zori"
¡Cómo resuena el grito!de verme siempre expuesto a una mirada
¿Dónde podemos ir amiga mía?
¿a qué rincón del alma o del cerebro?
Todo va a ser inútil
Tu mirada estará / siempre con mi silencio
¡Oh mirada fatal de estos dioses crueles!
Que nos dejen en paz. Que no nos miren
¿Para qué este dolor inconsecuente?
Este dolor oculto que nos quema
Mirándole a los ojos sólo vemos el fuego
-Ese fuego que abrasa- que nos hace ser tiempo
los dioses que nos miran Pilar Zori
¿no seremos nosotros?
Por eso la blasfemia, nuestro grito de rabia
Por el hecho fatal de ser humanos
FERNANDO BORLÁN
¿Dónde podemos ir amiga mía?
¿a qué rincón del alma o del cerebro?
Todo va a ser inútil
Tu mirada estará / siempre con mi silencio
¡Oh mirada fatal de estos dioses crueles!
Que nos dejen en paz. Que no nos miren
¿Para qué este dolor inconsecuente?
Este dolor oculto que nos quema
Mirándole a los ojos sólo vemos el fuego
-Ese fuego que abrasa- que nos hace ser tiempo
los dioses que nos miran Pilar Zori
¿no seremos nosotros?
Por eso la blasfemia, nuestro grito de rabia
Por el hecho fatal de ser humanos
FERNANDO BORLÁN
Hasta mañana, nos vemos a las ocho de la tarde en la sala Tragaluz
Un beso
Pili Zori
P.D. En los comentarios aparece un poema anónimo dedicado a F. Borlán. "Muérete muerte" No creo que hoy se enfade porque desvele la autoría: es de Luis Fernando Delgado, que también le quería.
Muchas gracias querida Pilar por difundir el acto de homenaje a Fernando Borlán. Las mujeres y hombres que aman la vida y la libertad son un ejemplo siempre para los demás. Fernando fue uno de ellos. Te expreso mi agradecimiento por participar en su homenaje. Desde hoy, tendrás en mi un blogger fiel. Un beso
ResponderEliminarGracias a ti querido Juan y a Teresa, Jacinto... y todos los miembros de la Fundación que hacéis posible momentos de plenitud enorme como el que ayer se produjo en la sala tragaluz de nuestro teatro Buero Vallejo. Proporcionáis una hermosa seña de identidad a Guadalajara y eso es impagable. Es un honor para mí poder mostraros mi respeto por vuestra valiosa labor de mecenazgo, respeto y gratitud que hago extensivos a todas las instituciones que os apoyan. Un abrazo, (me ha ilusionado mucho que me honres con tu visita). Recibe todo el cariño de nuestro club de literatura. Pili Zori
ResponderEliminarMuérete, muerte
ResponderEliminarY aunque luego la muerte sea la vida,
Muérete, muerte.
Muérete, muerte
Porque no nos caben más heridas,
Ni hay ojos suficientes
Con suficientes lágrimas listas.
Maldita muerte, maldita
Que nos deja sin poetas
Y huérfana la poesía
Querida amiga Pili:
ResponderEliminarBuscando información en la red sobre el acto homenaje a Fernando, me he encontrado con tu blog que es precioso, me ha encantado y te doy mi enhorabuena. Te he escrito a tu correo pero no sé si lo has recibido.
Te copio también el sencillo mío
donde informo de la publicación de mi último libro LAS CUARTILLAS DE UN NÁUFRAGO. Las personas del Taller ya lo tienen (me hubiese gustado regalárselos pero me resultaría gravoso ya que somos muchos, vale 10 euros).
http://jesusapariciogonzalez.blogspot.com/
Si estás interesada me lo dices y te lo haré llegar.
Mi correo es jesapagon@telefonica.net
Un beso
Hola, Pili
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu bitácora
y me ha encantado leer tus comentarios. De ahora en adelante seré una asidua visitante.
besos